Más Dermatología, n.º 41

Más Dermatol. 2023;41:5-9 doi:10.5538/1887-5181.2023.41.5 8 ARTÍCULO DE REVISIÓN Lesiones pigmentadas en niños (I): nevos melanocíticos y melanoma Gil Redondo R presentaciones atípicas, o a un crecimiento tumoral más rápido6. Los factores de riesgo de melanoma en la edad pediátrica son la presencia de más de 50 nevos melanocíticos, la presencia de nevos clínicamente atípicos, los antecedentes familiares de melanoma, la fotoexposición, el fototipo bajo (I-II), los antecedentes de quimioterapia, la inmunodepresión o la genodermatosis8,9. Los nevos atípicos no son precursores del melanoma, sino que la presencia de estos representa un factor de riesgo por sí mismo1. La regla del «ABCDE» clásica (asimetría clínica y/o dermatoscópica, irregularidad de los bordes, varios colores, diámetro >6 mm y evolución) es bien conocida entre médicos y pacientes; sin embargo, esta regla solo diagnostica, aproximadamente, un 60% de los melanomas en niños, debido a una mayor frecuencia de melanomas nodulares, amelanóticos o spitzoides en niños que en adultos. Por ello, se desarrolló el «ABCD» modificado o pediátrico (amelanótico, sangrante, abultado, de color uniforme, de diámetro variable y de desarrollo de novo) y los criterios CUP (color rosado o rojo, cambiante, ulceración, abultamiento y lesiones parecidas al granuloma piógeno, lesiones nuevas)9-11. Los niños con múltiples NMA tienden a desarrollar los nevos con un aspecto similar; por lo tanto, aquellos nevos que destacan por ser morfológicamente diferentes de la mayoría deben ser considerados como potencialmente anormales (signo del «patito feo»)10. En la dermatoscopia, se observarán retículo atípico, glóbulos heterogéneos, velo azul-blanquecino, crisálidas y/o vasos atípicos y, más habitualmente, varios de estos hallazgos, en lo que se denomina el patrón multicomponente3. Los factores de riesgo para el desarrollo de melanoma sobre NMC incluyen un tamaño grande o gigante (riesgo del 2-10%, respectivamente, a lo largo de la vida, aunque, aproximadamente, el 50% de los que lo desarrollan lo hacen en los primeros 5 años de vida), la localización axial posterior y los múltiples nevos satélites. Por el contrario, el riesgo de que se desarrolle un melanoma en los NMC de tamaño pequeño o medio se estima en, aproximadamente, un 1% y se produce después de la pubertad2,3. Se debe sospechar melanoma sobre NMC cuando se producen cambios bruscos en la forma, el tamaño o el color y en presencia de ulceración o de nódulos de rápido crecimiento. El melanoma también puede desarrollarse raramente en el sistema nervioso central de los niños con MNC12. La observación y la educación en los signos de alarma y en la fotoprotección son fundamentales en pacientes con un gran número de nevos, con nevos atípicos y/o con nevos congénitos. La escisión quirúrgica debe reservarse para aquellas lesiones que presenten características sospechosas de melanoma. Los NMC de gran tamaño requieren un seguimiento continuo para detectar cambios. Muchas familias prefieren la escisión quirúrgica por las implicaciones estéticas, siendo la extirpación por etapas a menudo necesaria para lesiones grandes. No obstante, la eliminación de todos los melanocitos es habitualmente imposible, por lo que, incluso después de la extirpación quirúrgica, es fundamental realizar un seguimiento2. En la figura 1, se exponen imágenes clínicas de las lesiones melanocíticas comentadas en el artículo.

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