Más Dermatología, n.º 42

Más Dermatol. 2023;42:5-9 doi:10.5538/1887-5181.2023.42.5 8 ARTÍCULO DE REVISIÓN Lesiones pigmentadas en niños (II): lesiones pigmentadas no melanocíticas Gil Redondo R anamnesis y la exploración la posible presencia de anomalías neurológicas, oftalmológicas, musculoesqueléticas y cardíacas asociadas, sobre todo, en los casos extensos. El principal diagnóstico diferencial se realiza con los nevos epidérmicos, en los cuales la hiperpigmentación se acompaña de pápulas agrupadas y confluentes sobre la lesión, así como dermatosis inflamatorias de distribución blaschkoide que dejan hiperpigmentación posinflamatoria, como son la incontinencia pigmentaria, el liquen plano pigmentoso lineal, el liquen estriado o la blaschkitis4,8. Melanocitosis dérmica También denominada «mancha mongólica», se produce por una proliferación difusa de melanocitos dérmicos que genera parches redondeados de tamaño variable, desde pocos centímetros hasta áreas muy extensas mal delimitadas, de color azul-grisáceo o azul-verdoso y localizadas más frecuentemente en la región lumbosacra y glútea (fig. 1-F). Cuando aparecen en localización extrasacra, se denominan «manchas mongólicas aberrantes». Aparecen más habitualmente en pacientes de raza asiática y raza negra, durante el período neonatal, y afectan con la misma frecuencia al sexo femenino y al masculino. Respecto a la patogenia, se cree que se debe a una falta de aclaramiento de melanocitos dérmicos durante su migración desde la cresta neural hasta la epidermis, y la histopatología muestra células fusiformes que contienen pigmento y que están situadas entre las fibras de colágeno en la profundidad de la dermis. Normalmente, se presentan de forma aislada afectando exclusivamente a la piel, pero, en ocasiones, son marcadores de procesos sistémicos subyacentes, principalmente, las facomatosis pigmentovasculares y los errores innatos del metabolismo. La mayoría de las manchas mongólicas afectan a menos del 5% de la superficie cutánea y tienden a atenuarse hasta desparecer clínicamente al año de vida, aunque algunas pueden persistir hasta los 6 años. Los casos que persisten más allá del año de vida, la localización dorsal o ventral y la evolución persistente o progresiva presentan un mayor riesgo de errores congénitos del metabolismo. FIGURA 2. Esquema tomado del artículo de Kromann et al.8, que refleja los diferentes patrones de distribución del mosaicismo pigmentario: A) patrón blaschkoide de líneas estrechas; B) patrón blaschkoide de líneas anchas; C) patrón en damero o tablero de ajedrez; D) patrón filoide (en forma de hoja); E) patrón en parches sin demarcación de la línea media; F) patrón de lateralización; G y H) patrón en faja. A E C G B F D H

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