Más Dermatología, n.º 42

Más Dermatol. 2023;42:5-9 doi:10.5538/1887-5181.2023.42.5 9 ARTÍCULO DE REVISIÓN Lesiones pigmentadas en niños (II): lesiones pigmentadas no melanocíticas Gil Redondo R Cuando aparecen asociadas a nevo vascular, hablamos de facomatosis pigmentovasculares (de tipo II, IV y V), de las cuales, hasta el 60% pueden presentar afectación sistémica, principalmente, neurológica y oftalmológica. Existen dos tipos de melanocitosis dérmicas que tienen unas características especiales: el nevo de Ota y el nevo de Ito. Nevo de Ota (melanocitosis oculodérmica) Muestra una distribución facial y periocular —habitualmente, unilateral—, siguiendo las dos primeras ramas del nervio trigémino. La esclerótica se ve afectada en dos tercios de los pacientes y se asocia a un mayor riesgo de glaucoma y melanoma uveal del ojo afectado. Este tipo de melanocitosis dérmica es más frecuente en mujeres y no tiende a involucionar espontáneamente; de hecho, puede agrandarse tras la pubertad. Los pacientes con nevo de Ota deben ser objeto de un seguimiento estrecho para detectar malignidades oculares, del sistema nervioso central y cutáneas. Nevo de Ito Es similar al nevo de Ota en cuanto a epidemiología, clínica, histopatología y evolución, salvo por la localización, ya que, en este caso, afecta a la región acromioclavicular y no al aparato ocular ni neurológico. Existen raros casos de transformación maligna del nevo de Ito, que suelen presentarse como nódulos amelanóticos, de crecimiento rápido, muy similares al melanoma descrito en el nevo de Ota4,9. TRATAMIENTO El tratamiento de estas lesiones pigmentadas se realiza únicamente cuando tienen implicaciones estéticas muy negativas para el paciente, y se basa en la realización de técnicas despigmentantes, principalmente, láseres más selectivos de pigmento como es el láser Q-switched y el láser de picosegundos, si bien, algunos casos pueden no mejorar, o mejorar inicialmente y recurrir con el paso del tiempo4,5,7-9. BIBLIOGRAFÍA 1. Bolognia JL, Schaffer JV, Cerroni L. Dermatología. 4.ª ed. Vol. II. Barcelona: Elsevier; 2018. p. 1954-89. 2. Paller AS, Mancini AJ. Disorders of pigmentation. En: Hurwitz clinical pediatric dermatology. 4.ª ed. Edimburgo: Elsevier Saunders; 2011. p. 234-67. 3. Stratakis CA. Genetics of Carney complex and related familial lentiginoses, and other multiple tumor syndromes. Front Biosci. 2000;5:D353-66. 4. Habeshian KA, Kirkorian AY. Congenital pigmentary anomalies in the newborn. Neoreviews. 2021;22(10):e660-e672. 5. Rubeiz N, Kibbi AG. Disorders of pigmentation in infants and children. Clin Dermatol. 2002;20(1):4-10. 6. Hernández-Martín A, Duat-RodríguezA. Neurofibromatosis tipo 1: más que manchas café con leche, efélides y neurofibromas. Parte I. Actualización sobre los criterios dermatológicos diagnósticos de la enfermedad. Actas Dermosifiliogr. 2016;107(6):454-64. 7. Zhou YJ, Zheng DL, Hamblin MR, Xu YD, Wen X. An update on Becker’s nevus: pathogenesis and treatment. Dermatol Ther. 2022;5(7):e15548. 8. Kromann AB, Ousager LB, Ali IKM, Aydemir N, Bygum A. Pigmentary mosaicism: a review of original literature and recommendations for future handling. Orphanet J Rare Dis. 2018; 13(1):39. 9. Franceschini D, Dinulos JG. Dermal melanocytosis and associated disorders. Curr Opin Pediatr. 2015;27(4):480-5.

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