Más Dermatología, n.º 35

artículo de revisión El paciente de dermatología estética: factores psicológicos Más Dermatol. 2021;35:7-16 doi:10.5538/1887-5181.2021.35.7 8 personality, or body dysmorphophobic disorder. In general, women value more positively the potential of their treatments to contribute to their personal well-being, as well as older people, who attach more importance to the aesthetic aspect of their skin to con- tinue feeling young. Key words: aesthetic dermatology, body image, motivation, personality, body dysmor- phic disorder, dermatologist, beauty, healthy skin. INTRODUCCIÓN: IMPORTANCIA DE LA PIEL EN LA IMAGEN CORPORAL La imagen corporal es la representación mental que hacen las personas sobre su cuerpo y sobre cómo aparece ante los otros. Está implicada en el desarrollo del autoconcepto y la autoestima 2 y, por lo tanto, también en el bienestar emocional de las personas 3,4 . Esta representación mental del cuerpo se conforma a lo largo de la vida a través del desa- rrollo físico, emocional, intelectual y social, y por las influencias socioculturales 5,6 . De todas las partes del cuerpo, la piel es el prin- cipal elemento que influye en nuestra apariencia, relacionándose, por lo tanto, íntimamente con la imagen corporal. Es un axioma que el buen as- pecto de la piel forma parte de la lucha por la supervivencia y tiene suma importancia en la con- quista del éxito social y laboral 7,8 . Obviamente, una piel sana tiene repercusiones positivas en la psique 5,6 , mientras que una piel en- ferma o simplemente antiestética acarrea efectos negativos en la imagen corporal y, consecuente- mente, en la autoestima y el bienestar emocio- nal 1,5,6,9-11 . Tal vez por eso, en las últimas décadas, se ha producido un aumento espectacular en la de- manda de técnicas y tratamientos estéticos 1,10-12 , pasando a ser comunes los que antes se conside- raban excepcionales o prohibidos 13-15 . Así, en Es- tados Unidos, el número total de procedimientos realizados desde 1997 hasta 2007 se incrementó en un 457% 3 . Desde el año 2000, los procedimien- tos quirúrgicos aumentaron un 114% frente al 754% de los no quirúrgicos 3 . De forma similar ocurrió en España, donde la situación de crisis económica propició paradójicamente un aumento de la demanda de tratamientos de estética —espe- cialmente, los de rejuvenecimiento facial— entre personas de todos los estratos sociales y de ambos sexos 16 . Así pues, la dermatología estética, aquella rama de la dermatología que se ocupa del cuidado de la piel como parte de la belleza y la imagen de una persona —higiene, apariencia y protección—, con- tribuye a fomentar la salud y el bienestar de los individuos 3,17,18 , y así lo percibe también la población general, según recientes estudios publicados 1,10,11 . Dado que la piel es el elemento más importante de la imagen corporal y de la autoestima, base del «La dermatología estética es la parte de la dermatología médica que se ocupa de mejorar el aspecto de la piel sana (textura, luminosidad, arrugas, manchas de la edad) y las consecuencias estéticas de problemas médicos (rojeces, manchas del embarazo, cicatrices). Para lograr estas mejoras, se usan técnicas médicas como: cosméticos (cremas y maquillajes médicos), peelings , rellenos inyectables para arrugas, láser y “bótox” o toxina botulínica». (Texto explicativo sobre la subespecialidad que aparece en el cuestionario DEBIE — Dermatología Estética y Bienestar Emocional—, publicado y validado en 2014: Martínez- González et al. , 2014 1 ).

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