Más Dermatología, n.º 36

artículo de revisión Dermatología estética facial. Una visión holística Más Dermatol. 2021;36:7-19 doi:10.5538/1887-5181.2021.36.7 10 DIAGNÓSTICO ECOGRÁFICO FACIAL La dermatología estética facial se basa en estable- cer distintos diagnósticos antes de iniciar cualquier tratamiento. El primero es el diagnóstico cutáneo: descartar enfermedad y evaluar el comportamiento de las distintas células y estructuras que conforman la epidermis-dermis y que influyen en el continuo salud-enfermedad 1 de la piel (queratinocito, me- lanocito, fibroblasto, glándula sebácea y vasculari- zación cutánea). Tras el diagnóstico cutáneo, hay que realizar un diagnóstico del rostro estético: simetría, proporciones, características de los ter- cios faciales y anatomía externa facial, y referencias anatómicas. El tercer diagnóstico es el diagnóstico estático facial, de compartimentos grasos superfi- ciales (nasolabial, intermedio, medial de la mejilla y temporoparietal) y profundos (tejido adiposo suborbicular de los ojos o SOOF [ suborbicularis oculi fat ] y medial profundo), así como de las caracte- rísticas de los ligamentos de retención verdaderos (osteocutáneos) y falsos o retináculo-cutis (fascio- cutáneos). La cuarta valoración es el diagnóstico dinámico facial o muscular, evaluando el equilibrio entre contracción y relajación de los distintos gru- pos musculares, así como su fortaleza. Finalmente, hay que considerar las áreas faciales de alto im- pacto estético: periocular, labial y nasal. La ecografía facial estética se ha convertido en una técnica de imprescindible utilidad en la con- sulta de dermatología convencional 10 y dermato- logía estética 11,12 . La ecografía cutánea es una apli- cación concreta de la ecografía de partes blandas, orientada al estudio específico de la piel y posible gracias al desarrollo en los últimos años de sondas ecográficas de alta frecuencia (que alcancen, al menos, 15 MHz), entre otros requerimientos 13 . Se complementa, entre otros medios, con la informa- ción que aporta el estudio Doppler en el mismo examen. Esta exploración, junto con otras técnicas de imagen 14 , sirve de apoyo al diagnóstico del enve- jecimiento en dermoestética de cuatro formas principales . Estimación objetiva del envejecimiento cutáneo Complementa y mejora la información clínica de las fotos estéticas clásicas de antes/después, siem- pre controvertidas por su variabilidad y por su dificultad de obtener en condiciones 100% repe- tibles. La ecografía cutánea permite tomar imáge- nes en condiciones objetivamente idénticas, y ob- tener indicadores cuantitativos del envejecimiento cutáneo en el área que estamos estudiando o tra- tando 15 . Esto es posible, básicamente, a partir de dos mediciones ecográficas sencillas de obtener 16 : 1. Banda hipoecoica subepidérmica (SLEB; del inglés, subepidermal low-echogenic band ): es la banda hipoecogénica (más oscura) que aparece en el límite dermoepidérmico, fruto del depó- sito de productos de glicosilación y vinculados, a su vez, con los procesos de elastosis cutánea, tan relacionados con los procedimientos de fo- toenvejecimiento a este nivel. Su medición se- riada en el tiempo indica el grado de fotoenve- jecimiento presente en el área estudiada y su evolución con nuestros tratamientos 17 . 2. Grosor total (GT): distancia medida ecográfi- camente desde la superficie al límite dermohi- podérmico en el área estudiada. Para minimizar la relevancia de la diferente es- tructura cutánea en distintas áreas de la piel, con estos dos parámetros, obtenemos la relación SLEB/GT como índice cuantitativo y repetible para el diagnóstico y seguimiento del envejeci- miento cutáneo 16 , con una correlación elevada con la histología del envejecimiento de la piel (fig. 1). De esta manera, podemos acceder a esta informa- ción sobre la estructura de la piel envejecida, evi- tando estudios por biopsia que para tratamientos de dermatología estética no se justificarían. A modo de ejemplo, en la figura 2, podemos ver ecografías de tres pacientes, con edades separadas 20 años entre sí, donde se aprecia que, conforme la piel envejece, aumenta el grosor de la SLEB y se reduce el GT, aumentando el cociente SLEB/GT como medida cuantitativa del fotoenvejecimiento.

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