Más Dermatología, n.º 36

mi paciente es… Acné en pediatría Más Dermatol. 2021;36:21-23 doi:10.5538/1887-5181.2021.36.21 22 cicatrización. Aunque la isotretinoína oral es el único tratamiento que aborda los cuatro factores patogénicos, muchas de las medicaciones utilizadas para el acné actúan sobre más de un mecanismo 2,3 . A modo de resumen, diremos que el peróxido de benzoílo actúa predominantemente sobre el C. acnes , y menos sobre inflamación y comedones, a diferencia de los retinoides tópicos, más eficaces sobre los comedones, y los antibióticos tópicos, con única acción sobre C. acnes . Las combinaciones de tratamientos tópicos con mecanismos de acción complementarios funcionan mejor que los agentes por separado, por lo que es recomendable combi- nar un queratolítico tópico con un antiséptico y/o un antibiótico. El peróxido de benzoílo, que asocia efecto queratolítico leve y capacidad antiséptica importante, puede usarse en monoterapia, pero la monoterapia antibiótica tópica está especial- mente desaconsejada por la lenta respuesta que ofrece y el riesgo de aparición de resistencias 1,4 . Aunque la sabiduría popular atribuye el origen del acné a una higiene deficiente y un lavado in- adecuado de la cara, no existe ninguna evidencia científica que respalde esta creencia. Sin embargo, los tónicos faciales y los jabones antiacné suelen ser un componente habitual de los regímenes com- binados de tratamiento del acné. El papel en la limpieza facial es eliminar el maquillaje, la sucie- dad y el exceso de sebo, mejorando el aspecto general de la piel y evitando la oclusión exógena del folículo pilosebáceo. El uso de un limpiador inadecuado (demasiado abrasivo) o aplicado con una frecuencia excesiva puede dañar la barrera cutánea, aumentando la pérdida transepidérmica de agua, propiciando la colonización bacteriana, promoviendo la formación de comedones y pro- vocando síntomas como quemazón y escozor 1 . Habitualmente se recomienda un lavado con un limpiador específico para el acné, de pH equili- brado, una o dos veces al día. No se ha demostrado la utilidad de los limpiadores antibacterianos (salvo los que llevan peróxido de benzoílo) en el tratamiento del acné. Los pacientes deben ser cui- dadosos y no utilizarlos en exceso, ya que pueden irritar y disminuir la tolerancia a los tratamientos tópicos para el acné. Otro mito común es que el uso de cosméticos empeora el acné, pero no se ha demostrado que su empleo retrase la respuesta al tratamiento. Más al contrario, el uso de hidratantes y maquillajes etiquetados como oil-free —libres de grasa—, de textura fluida o no comedogénicos no solo no em- peora la gravedad del acné, sino que puede mejo- rar la adherencia terapéutica y aliviar la irritación de los tratamientos, mejorando la calidad de vida de los pacientes 3,4 . Todas las guías clínicas coinciden en que el tra- tamiento debe seleccionarse en función de la mor- fología, eligiendo aquellos productos tópicos u orales orientados a tratar las lesiones elementales predominantes según la gravedad (fig. 1). Conseguir la adherencia terapéutica puede ser un reto en los adolescentes, ya que el tratamiento suele requerir constancia y, en ocasiones, produce molestias por la irritación cutánea. Es importante crear expectativas realistas en cuanto a la duración y respuesta terapéutica, y avanzar posibles efectos secundarios de nuestros tratamientos. Finalmente, hay que tener en cuenta que la búsqueda de in- formación en las redes sociales puede favorecer la aplicación de remedios caseros (como la pasta de dientes o los jabones azufrados) o el empleo in- adecuado de los tratamientos disponibles, por lo que es recomendable abordar mitos y creencias durante la entrevista clínica. En nuestra paciente, con un acné comedoniano incipiente (fig. 2) localizado únicamente en la frente, recomendamos un tratamiento tópico de combinación fija, en el que estuvieran presentes los retinoides, como, por ejemplo, el adapaleno, y un agente limpiador suave. Conseguida la moti- vación a través de la entrevista, el resultado fue bueno. A los cuatro meses, las lesiones eran esca- sas, aunque precisamente por la edad temprana, no abandonamos las revisiones periódicas.

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