Más Dermatología, n.º 38

Más Dermatol. 2022;38:15-17 doi:10.5538/1887-5181.2022.38.15 16 LA ENTREVISTA AL EXPERTO Eduardo Nagore Enguídanos: los puntos cardinales del melanoma en 2022 Siempre se ha dicho que el sol es el mayor causante de melanoma. Pero ¿hasta qué punto? El sol, y cualquier otra fuente de radiación ultravioleta como las cabinas de bronceado, es el factor ambiental más importante relacionado con un mayor riesgo de padecer un melanoma. Esto no significa que sin la radiación ultravioleta no se pueda producir un melanoma. Una célula se convierte en cancerosa porque su ADN sufre mutaciones que hacen que la célula se multiplique sin seguir las directrices que le marca el cuerpo para cumplir su función. Las mutaciones en el ADN se dan con cada división de la célula, pero hay mecanismos para reparar o para iniciar una autodestrucción de la célula si la reparación no es posible. Cuando esto falla, la célula mutada puede iniciar el proceso cancerígeno. Lógicamente, todas aquellas influencias externas que produzcan mutaciones aumentan la posibilidad de que esto ocurra, como sucede con el tabaco para el cáncer de pulmón o la radiación ultravioleta para el cáncer de piel. Por todo esto, es un hecho que no todos los melanomas están relacionados con la exposición al sol, ni todas las personas que se exponen al sol tienen un melanoma. Para que se dé un melanoma, deben coincidir toda una serie de eventos en los que intervienen muchos participantes, entre los que destacan los genes de la persona, la exposición a la radiación ultravioleta o el tipo de piel, en diferente medida, y en los que el azar desempeña un papel muy importante. La quemadura en la infancia es muy común. El sentimiento de culpa y de irreversibilidad está presente en muchos padres que no han protegido suficientemente a sus hijos. ¿Hasta qué punto llega el riesgo de desarrollar un melanoma? Que una quemadura aumenta el riesgo de desarrollar un melanoma es un hecho contrastado. Sin embargo, no es el único elemento. Hay muchísima gente que se ha quemado y nunca desarrolla un melanoma. Hay más factores que participan en este proceso. La insistencia en la fotoprotección por parte de los dermatólogos viene dada porque es el único de los factores de riesgo conocidos que podemos modificar. ¿Qué papel desempeña la herencia? La herencia desempeña un papel crucial. En primer lugar, porque existen genes que, de forma más o menos específica, aumentan el riesgo de desarrollar un melanoma y que, por ello, se encuentran mutados en familias en las que hay, al menos, dos miembros con melanoma o en personas que han padecido más de un melanoma. En segundo lugar, porque los genes determinan algunas de las características de las personas que les confieren una mayor probabilidad de desarrollar un melanoma. De estas, las más importantes son tener una piel con facilidad para quemarse por el sol y tener muchos nevos melanocíticos (lunares). Finalmente, hay genes que no modifican la apariencia física de la persona, pero que están implicados en los mecanismos de reparación del ADN o en otras funciones relacionadas con la transformación cancerígena de la célula y que, por ello, si tienen alterada su función, también aumentan el riesgo. El melanoma ya desarrollado parece de fácil diagnóstico. Pero ¿cómo se diagnostica un melanoma en su comienzo? Sin lugar a dudas, estando atentos a nuestra piel. Debemos conocernos la piel mediante el autoexamen mensual de toda la superficie (incluyendo el cuero cabelludo, la zona genital, las plantas de los pies, etc.). De esta forma, seremos capaces de observar manchas nuevas de la piel, sobre todo, aquellas que tengan un aspecto diferente a las que ya tenemos (signo del patito feo), que crezcan o cambien de color, especialmente, si se acompañan de picor, dolor u otro tipo de molestias. ¿Cuál es el peor signo pronóstico del melanoma? La presencia de metástasis en otros órganos del cuerpo como, por ejemplo, el pulmón, el cerebro o el hígado. Esta situación es raro que se presente en el momento del diagnóstico, pero, con una probabilidad que depende sobre todo del grosor del tumor, junto con otras características, se puede presentar desde unos pocos días hasta décadas después del diagnóstico del melanoma.

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