Más Dermatología, n.º 37

Más Dermatol. 2022;37:13-17 doi:10.5538/1887-5181.2022.37.13 15 artículo de revisión Verrugas plantares: caminando hacia la adherencia González-Guerra E. La verruga plantar puede ser única, llamada también mirmecia, o agruparse en placas superficiales, denominándose, en este caso, verrugas en mosaico. Suele localizarse, entonces, en el talón o sobre la cabeza de los metatarsianos y, generalmente, no duele (fig. 3). FIGURA 3. Verrugas plantares en mosaico. El diagnóstico de la verruga plantar es clínico. Si se requiere un estudio histológico, se pueden ver en todo el espesor de la epidermis numerosos gránulos eosinófilos intracitoplasmáticos, que aumentan de tamaño a medida que ascienden a estratos superiores, donde pueden unirse para formar cuerpos de inclusión, de coloración homogénea y morfología irregular. Estos cuerpos de inclusión engloban al núcleo de las células o están separados de él por un halo claro irregular. El diagnóstico diferencial, únicamente en los casos de larga evolución y clínica atípica, debe hacerse con el carcinoma verrucoso mediante biopsia. Raramente, hay que pensar también en los clavos de la sífilis secundaria, cuando son lesiones múltiples en las palmas y las plantas, junto a otros datos sospechosos. TRATAMIENTO DE LA VERRUGA PLANTAR Es el tratamiento el punto crucial en el manejo de esta dermatosis. Si bien el diagnóstico es fácil en la mayoría de los casos, los tratamientos se hacen difíciles, tanto por la lenta eficacia como por su incumplimiento frecuente. Esto es, existe un problema serio con la adherencia del paciente. En principio, conviene recordar que no están indicados tratamientos agresivos que sean dolorosos o que dejen cicatrices, tanto por el sufrimiento y FIGURA 2. A) Hiperqueratosis de un callo, que no interrumpe los dermatoglifos. B) Puntos oscuros correspondientes a capilares trombosados de la verruga plantar, y dermatoglifos interrumpidos. A B

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