Más Dermatología, n.º 37

Más Dermatol. 2022;37:23-27 doi:10.5538/1887-5181.2022.37.23 26 La entrevista al experto Rosa Ortega del Olmo: Cómo tratar las alopecias en el anciano enfermedad cardiovascular), la hipertensión, el tabaquismo y el índice de masa corporal alto se han investigado en varios estudios asociados a alopecia androgenética. El 50% de las mujeres de edad avanzada tienen una alopecia androgenética, pero la distribución de la alopecia de patrón femenino es diferente. Puede verse una forma difusa, no hay calvicie total y queda respetada la línea de implantación anterior; no existen entradas. Hay una forma de distribución masculina, en la que sí hay un retroceso de la línea de implantación frontal y alopecia en el vértex; esta forma se aprecia en el 37% de las mujeres posmenopáusicas. Y una tercera forma en árbol de Navidad, que empieza en el centro de la cabeza y progresa hacia la frente: que se observa en el 70% de los casos. En este tipo de alopecia, la pilotracción es negativa y las mujeres que la padecen suelen asociar ansiedad y alexitimia. En el 40% de los casos, hay hiperandrogenismo y, si es grave y ha aparecido después de la menopausia, habrá que descartar la existencia de un tumor ovárico o un adenoma suprarrenal. Con respecto al tratamiento, entre los locales con eficacia científicamente demostrada, está el minoxidil en solución al 2, al 3 y al 5%, o en espuma al 5%. Puede provocar efluvio telógeno a las 2-8 semanas del inicio del tratamiento (efecto shedding) o hipertricosis. También da buenos resultados la finasterida en solución al 0,5 o al 1%, y se potencia su actividad al asociarlo al minoxidil. Cada vez hay más publicaciones en las que se asocian a la solución con estos dos fármacos otros con diferente actividad, en algunos casos, no muy comprobada: el 17 alfaestradiol al 0,1-0,2% (que inhibe la 5 alfa-reductasa), la 17 alfa-hidroxiprogesterona al 0,5% (un antiandrógeno con efecto antiseborreico), la canrenona al 2% (metabolito de la espironolactona con actividad antiandrogénica tópica), y el acetónido de triamcinolona al 0,1% (con efecto antiinflamatorio). Localmente también se realizan tratamientos con plasma rico en plaquetas, que mejora el resultado si se asocia a otros tratamientos tópicos (como el minoxidil) u orales; la mesoterapia con dutasterida, abordaje novedoso con sus defensores y detractores, el roller con microagujas, que ayuda a la introducción transdérmica de productos activos que regulen el funcionamiento folicular; o el autotrasplante de unidades foliculares en forma de tira o FUE, pero este tratamiento tan eficaz en edades más tempranas, no suele ser de elección en el anciano. A la cabeza de los tratamientos orales y también con una eficacia con evidencia científicamente comprobada, están la finasterida, en dosis de 1 mg/día en los varones y de 2,5-5 mg en las mujeres; la dutasterida (inhibidor de las isoenzimas 1 y 2 de la 5 alfa-reductasa) a 0,5-1 mg/día (en mujeres), al menos, durante 1 año y, en varones, empezar por 0,5 mg/día; el acetato de ciproterona (progestágeno y antiandrógeno), que se utiliza en mujeres con hiperandrogenismo; y la espironolactona (antagonista de la aldosterona y antiandrógeno), que se emplea en mujeres, teniendo en cuenta que puede provocar hipercalcemia, poliuria, polidipsia o aumento de peso, entre otros efectos secundarios. Es habitual que los ancianos tengan alguna enfermedad concomitante; ¿se pueden hacer los mismos tratamientos orales en los ancianos que en una persona joven y sana? Es importante tener en cuenta que tanto la finasterida como la dutasterida, al reducir la síntesis de 5 alfa-dihidrotestosterona, provocan deficiencia de andrógenos específicos de los tejidos, independientemente de los niveles de testosterona, y se podría desencadenar o agravar alguna patología que estuviera silente: enfermedad del hígado graso no alcohólico, resistencia a la insulina/diabetes de tipo 2, enfermedad del ojo seco o disfunción renal potencial. También se ha detectado que puede aparecer proteinuria entre las personas que toman finasterida, especialmente, en los hombres, de 60 años o más, que han estado tomando el medicamento durante de 2 a 5 años. Hay un estudio clínico de fase IV, realizado por eHealthMe de la FDA, basado en informes de 29441 personas que toman finasterida y tienen proteinuria, y se actualiza regularmente. Existen datos controvertidos acerca de la

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